diumenge, 12 de juliol del 2009

Salm 11 (12) - Ernesto Cardenal

Qui ha dit que els textos antics no són aplicables a l'actualitat? El poeta, religiós, i revolucionari (si és que hi ha alguna diferència entre els tres mots anteriors) Ernesto Cardenal no ho creu així i, com un nou David, compon salms al Senyor. Un Senyor que no és precisament cap dels diferents cacics i dictadors que, com una plaga, assolen contínuament la seva estimada Nicaragua.

Us deixo primer la versió original i després el remix. Marco unes paraules en vermell per ajudar-vos a seguir la comparació.





Salmo 12

Del maestro de coro, con instrumentos de ocho cuerdas. Salmo de David.

Sálvanos, Señor, pues ya no hay creyentes fieles,
ya no hay hombres sinceros
.

Unos a otros se mienten;
hablan con hipocresía y doble sentido.

Arranca, Señor, de raíz
a los hipócritas y fanfarrones,
a los que dicen:
Con tener boca nos basta;
nuestra lengua nos defiende.

¿Quién se atreve a darnos órdenes?”

Esto ha dicho el Señor:
“A los pobres y débiles
se les oprime y se les hace sufrir.

Por eso voy ahora a levantarme,
y les daré la ayuda que tanto anhelan.”

Las promesas del Señor son puras;
¡son como la plata más pura,
refinada siete veces en el horno!
Tú, Señor, nos cuidarás;
¡siempre nos protegerás de tales gentes!
Los malvados rondan por todas partes,
y todo el mundo alaba la maldad






Salmo 11 - Ernesto Cardenal

Libértanos Tú
porque no nos libertarán sus partidos

Se engañan los unos a los otros
y se explotan los unos a los otros
Sus mentiras son repetidas por mil radios
sus calumnias están en todos los periódicos
Tienen oficinas especiales para hacer Mentiras
Esos que dicen:
"Dominaremos con la Propaganda
La Propaganda está con nosotros"
Por la opresión de los pobres
Por el gremio de los explotados
ahora mismo me levantaré
dice el Señor
les daré la libertad porque suspiran
Pero las palabras del Señor son palabras limpias
y no de Propaganda

Por todas partes están sus armamentos
Nos rodean sus ametralladoras y sus tanques
Nos insultan los asesinos llenos de condecoraciones
Y los que brindan en sus clubs
mientras nosotros lloramos en tugurios
Los que pasan la vida en cocktail-parties


Ignacio Terrado